Ya tienen nombre, se les conoce como “niños de la llave” y engloba a aquellos pequeños que tienen que volver solos del colegio porque sus padres no pueden ir a recogerlos. Estos niños pertenecen a familias sin los recursos suficientes como para quedarse en actividades extraescolares o buscar a alguien para que los recoja y se haga cargo de ellos, mientras regresan del trabajo.
Esta situación es más llamativa cuando llega la época estival y los pequeños tienen vacaciones, ya que no todas las familias se pueden permitir un campamento de verano. Las grandes ciudades también son un factor que agudiza la problemática de “los niños de la llave”, ya que los abuelos y otros parientes que podrían echar una mano se encuentran lejos del lugar de residencia de los familiares.
En definitiva, se trata de los principales afectados por la falta de conciliación familiar. ¿Qué factores han provocado esta situación? ¿Cómo es el día a día de estos niños? En este post se brinda una mirada esclarecedora hacia estos niños en el trayecto del colegio a casa y también al interior de sus casas durante largas horas.
Lo que les empuja a volver solos
A pesar de que las previsiones económicas señalan un índice de crecimiento económico positivo para los próximos años, las consecuencias de la crisis aún se viven con intensidad. Actualmente, la precariedad laboral resulta en trabajadores ampliando sus jornadas laborales, por miedo a perder su puesto.
Por otra parte, los contratos temporales, a tiempo parcial y las bajas remuneraciones propician que muchas personas tengan que recurrir al pluriempleo para poder sobrevivir. Resultando, consecuentemente, en jornadas laborales abusivas de 14 horas al día, sumando el tiempo de los trayectos hasta el lugar de trabajo.
De esta manera, la conciliación laboral se hace bastante complicada y multitud de padres deciden facilitar la llave de casa a sus hijos en cuanto los ven lo suficientemente capacitados y maduros para volver del colegio solos. De hecho, el 56% de las personas con bajos ingresos en España declaran dificultades para cumplir las tareas familiares a causa del trabajo.
Esta falta de conciliación se acentúa especialmente en el caso de familias monoparentales que viven las consecuencias de la crisis con más intensidad. El riesgo de pobreza y exclusión social en estos hogares ha llegado hasta el 54% en 2017 y cabe destacar que el 90% de los hogares monoparentales tiene a una mujer al frente.
Así viven los nativos de la crisis
¿Cómo les afecta la falta de conciliación y la precariedad laboral a los niños de hoy en día? Estas son solo algunas de las complicaciones y dificultades a las que se tienen que enfrentar estos niños de la llave:
Comparten viviendas de alquiler con extraños
Muchos niños ni siquiera abren con esa llave la puerta de una casa en propiedad. Los padres de muchos de ellos viven de alquiler. Los más desafortunados tienen que compartir la vivienda con otras familias o realquilar una habitación a una persona desconocida. En los últimos años, se han incrementado un 3% las viviendas de alquiler donde viven niños.
Espacio reducido y falta de intimidad
Compartir vivienda con otras personas supone escasez de espacio para estos niños, que terminan compartiendo las zonas comunes donde juegan, estudian o utilizan para comer. Esto acaba interfiriendo en su intimidad y algo tan cotidiano, como hablar abiertamente y en privado con sus padres o hermanos, acaba resultando muy difícil. Esta situación puede desencadenar confusión de roles dentro del hogar, no tener un referente claro y vivir en un clima de inestabilidad.
Soledad y escasa supervisión
En España, 580.000 niños de entre 6 y 13 años que tienen llave de su casa, ven cómo transcurre la tarde en soledad. Además, la situación de precariedad que viven sus padres les mantiene alejados de otros niños que sí tienen recursos para reunirse en determinadas actividades de ocio.
Estos niños corren un riesgo especial de sufrir accidentes, pasar demasiado tiempo delante de pantallas (televisores, smarthphones, tablets y videojuegos) o llevar una dieta poco saludable, debido a largas horas en casa sin supervisión de un adulto. Un 20,5% de los niños, de edades comprendidas entre 6 y 13 años y que pertenecen a familias con bajos ingresos, pasan largas horas solos en casa o junto a familiares menores de edad.
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