La fritura es una forma habitual de cocinar los alimentos, y el aceite de oliva se considera desde hace tiempo la opción más sana y sabrosa para llevarla a cabo. Pero, ¿cuál es la mejor manera de freír con aceite de oliva?, ¿es mejor este tipo de aceite o es preferible emplear otro? Te respondemos a todas las dudas que tengas sobre este asunto.
El aceite de oliva es una grasa vegetal muy empleada y apreciada en las cocinas de nuestro país. Se utiliza para multitud de recetas: para aliñar ensaladas, para hacer un guiso, preparar salsas, postres…
Contiene ácidos grasos monoinsaturados, vitamina E y antioxidantes beneficiosos para nuestro corazón, para los huesos y para reducir el colesterol; entre otros. La ingesta diaria recomendada es de unos 40 ml, el equivalente a 4 cucharadas soperas. Pero, como todo alimento, el exceso no aporta tantos beneficios como un consumo controlado.
A pesar de todo el uso que le damos, a la hora de freír con aceite de oliva llegan las dudas. ¿Es bueno freír con este aceite o es mejor usar otro? El aceite de oliva resiste mejor el calor gracias a los ácidos grasos y la variedad de antioxidantes que contiene. El punto de calor de este aceite es más bajo que el de otros aceites de semilla o refinados. Esto no quiere decir que aguante peor el calor, sino que comienza a freír el alimento a una temperatura más baja: en el caso del aceite de oliva, a unos 160-180 °C. Esto hace que se requiera menos energía para encontrar el punto de fritura y, además, que la carne o el pescado no se calienten tanto, lo que tiene como beneficio que la grasa animal no se disuelva.
Freír con aceite de oliva tiene muchas ventajas que hacen que merezca la pena tenerlo en cuenta:
No todos los aceites de oliva son iguales. El aceite de oliva virgen extra es la opción más adecuada (aunque la menos utilizada) cuando se trata de freír, ya que soporta mejor las temperaturas más altas, alcanzando temperaturas de hasta 180 °C sin degradarse ni oxidarse. Además, mejorará el sabor de los alimentos.
Antes de añadir los alimentos a la sartén, asegúrate de que estén lo más secos posible. Esto ayudará a que se forme una capa protectora que evitará que se engrase o absorba demasiado aceite.
Es importante controlar la temperatura del aceite al freír. Si sube demasiado, la comida puede quedar demasiado hecha e incluso quemarse. Invertir en un termómetro de cocina es una forma estupenda de asegurarte de no calentar demasiado el aceite.
Los ingredientes que utilices al freír con aceite de oliva pueden marcar una gran diferencia. Por lo general, los alimentos con mucha agua, como las verduras y el pescado, pueden freírse a 140 °C, mientras que la carne y los alimentos rebozados pueden cocinarse a 160 °C.
Freír con cualquier aceite conlleva sus riesgos, pero hay formas de minimizarlos.
Freír con aceite de oliva es una forma estupenda de dar a tus alimentos un sabor delicioso y un crujiente saludable. Recuerda utilizar un aceite virgen extra de alta calidad y vigilar la temperatura de cocción para sacar el máximo partido a tus frituras.