¿Son la obesidad y la diabetes enfermedades complementarias? ¿Es la diabetes una causa o una consecuencia de la obesidad? En este artículo te contamos qué es cada enfermedad y qué relación hay entre ellas, así como el tratamiento para deshacerte de ellas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Actualmente, se usa como indicador el índice de masa corporal o IMC. Este se calcula dividiendo el peso (en kg) por la altura al cuadrado (en metros). Para la población adulta, se considera que un IMC ≥ 25 kg/m2 es sobrepeso y un IMC ≥ 30 kg/m2 es obesidad. No obstante, utilizar el IMC para determinar la obesidad a nivel individual puede resultar impreciso. La fórmula solamente utiliza el peso total del individuo y, por lo tanto, no tiene en cuenta su composición corporal. Sería más oportuno valorar otras mediciones como el % de grasa corporal o el perímetro abdominal.
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento de la glucemia (glucosa en sangre). Suele deberse a una síntesis de insulina insuficiente o a la incapacidad del organismo de utilizarla. Existen varios tipos de diabetes, pero en líneas generales, hablamos de diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y diabetes mellitus tipo 2 (DM2).
La DM1 se caracteriza por la deficiencia total de insulina, ya que resulta de la destrucción autoinmune de las células beta pancreáticas (lugar donde se sintetiza dicha hormona). La DM2 es la forma más común de diabetes llegando a suponer el 80-90% de los casos. Aunque la DM2 puede poseer un cierto componente genético, está muy relacionada con el sobrepeso y la falta de ejercicio físico.
La diabesidad es el término que hace referencia a la peligrosa combinación de obesidad y diabetes tipo 2. La obesidad es considerada un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades. Entre ellas, la diabetes tipo 2. El aumento del tejido adiposo (dónde se almacena la grasa) está estrechamente relacionado con el desarrollo de resistencia a la insulina. Pero, ¿qué es exactamente la resistencia a la insulina?
Empecemos por el principio. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite que el azúcar que circula en sangre pueda entrar en las células de nuestros tejidos. Una vez dentro, ese azúcar puede ser usado como energía. En la DM2, las células no responden ante la insulina. Como consecuencia, el páncreas incrementa la síntesis de esa hormona. Hay un momento en el que no logra dar abasto y el azúcar que queda en sangre, incrementa. Dicho de otro modo, se da una situación de hiperglucemia.
En la obesidad, los síntomas más frecuentes, aparte del aumento de peso, son:
La diabetes tipo 2 puede ser asintomática, especialmente en las fases iniciales, pero algunos de los síntomas más característicos son:
La diabesidad aumenta el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, hepáticas y renales. Aparte de las complicaciones físicas que puede acarrear la diabesidad, también cabe mencionar las repercusiones emocionales y sociales. Por ejemplo, se ve incrementado el riesgo de depresión, ansiedad y estigmatización social, entre otros problemas.
El tratamiento de la obesidad y la diabetes debería contemplar estrategias para la pérdida de peso. Se ha demostrado que en estas situaciones la pérdida de peso es relevante para mejorar la hiperglucemia, pudiendo llegar a revertir la DM2. La primera estrategia para la reducción ponderal es hacer una dieta hipocalórica. Esto supondrá un déficit calórico entre 500 y 1000 kcal respecto a la ingesta habitual. Es preciso ponerse en manos de un profesional para que pueda pautar una dieta individualizada teniendo en cuenta las necesidades de cada individuo. Además, la dieta debe ir acompañada de hábitos saludables como la realización de actividad física, evitar el consumo de alcohol y tabaco, etc.
Otro tratamiento es la cirugía bariátrica, queengloba un conjunto de intervenciones quirúrgicas diseñadas para lograr una gran pérdida de peso en personas con obesidad grave. Como los especialistas indican, la cirugía bariátrica supone el mejor abordaje para conseguir una pérdida de peso significativa y sostenida en el tiempo. Ahora bien, no todas las personas con obesidad y diabetes son candidatas a ese tipo de cirugía. Deben cumplir una serie de requisitos.
Por otra parte, ante cualquier forma de diabetes, el tratamiento debe orientarse a lograr el control glucémico. En la DM2, suele darse medicación hipoglucemiante como tratamiento farmacológico. Entre los antidiabéticos orales más comunes destaca la metformina.
Es urgente actuar desde la prevención, y evitar el desarrollo de las enfermedades no transmisibles. La obesidad y la diabetes tipo 2 tienen factores de riesgo modificables como los que ya hemos mencionado. Por eso, en muchos casos, pueden abordarse con cambios en el estilo de vida. Algunas modificaciones en los hábitos pueden frenar el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2 e, incluso, tratarlas.